lunes, 19 de octubre de 2015

Aquel día…

Aquel día en la lluvia,
vi un joven pasar,
cuyo paraguas transparente
no había visto jamás

Perdida en su mirada,
me entregué a la calle
llena de fieras con ruedas
esperando para casi matarme

En aquella pesadilla
vi una pequeña luz:
no era la muerte, ni un ángel,
era mi príncipe azul
que, con heridas muy graves,
casi muerto lo veía
se preocupó en mí
y no en él,  que casi se moría.

Aquel día yo recuerdo
sus cálidas manos
que bajo la intensa lluvia
eran mi dulce manto
desde aquel día, su bella mirada
se concentró solo en mí
en la que por poco lo mataba, pero aún seguía allí
si no fuera por aquel día
yo no estaría aquí
gracias, Señor, por aquel día
en el que casi me morí
gracias, mi Dios, por aquel día
porque pude conocer la calidez de amar a alguien, que también me ama a mí.



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